class: middle center intro # UD8 - Apoyo psicológico en primeros auxilios --- layout: true # Primeros auxilios psicológicos --- Es fundamental entender que en primeros auxilios no se atienden simplemente lesiones heridas, fracturas, desmayos, etc., sino que se está prestando ayuda a unas personas que se encuentran en una situación comprometida y que la necesitan. En general, los hechos que han causado estas lesiones suelen ser imprevistos. Por eso la persona no suele estar suficientemente preparada y, en muchas ocasiones, causan un fuerte impacto emocional que puede afectar a su equilibrio psíquico. Así pues, la víctima, además de unos primeros auxilios técnicos, destinados a atender las lesiones, también necesitará primeros auxilios psicológicos, que le ayuden a afrontar la situación. > Se denominan primeros auxilios psicológicos todo un conjunto de estrategias sencillas de apoyo psicológico prestadas por el o la socorrista mientras atiende a la víctima. --- La prestación de estos primeros auxilios precisa una secuencia que se desarrolla de manera muy rápida: - Entender el comportamiento de la víctima derivado del impacto emocional que ha sufrido y, sobre todo, escucharla, para identificar sus necesidades más inmediatas. - Conocidas estas necesidades, será más fácil proporcionarle el apoyo que le hace falta para tranquilizarla, atenuar sus miedos y aliviar su sufrimiento. - Con la persona más tranquila, será más fácil obtener su consentimiento para la aplicación de la ayuda, así como su colaboración en los distintos procedimientos. Parece evidente que cualquier actuación de apoyo psicológico se canaliza a través de una comunicación efectiva y empática entre víctima y socorrista. --- Otro aspecto que hay que considerar es que este apoyo está limitado por el tiempo, porque en la mayoría de los casos solo se estará con la víctima unos minutos o quizás media hora -hasta la llegada de los equipos de emergencias-, pero no por eso hay que dejar de prestarlo. En definitiva, es importante interiorizar que la atención en primeros auxilios trasciende la aplicación de unos algoritmos, protocolos o procedimientos y hay que entenderla como un conjunto de actos de apoyo integral a la persona. --- layout: false class: middle center # Reacciones psicológicas en situaciones de urgencia --- # Reacciones psicológicas en situaciones de urgencia Un accidente o una enfermedad súbita, sobre todo si sus consecuencias son graves, son situaciones inesperadas que amenazan la integridad de la persona. Por eso causan tanto desasosiego y una afectación emocional tan intensa. Además de la víctima, esta afectación emocional la sufrirán las personas que la acompañaban o estaban con ella, las personas que han presenciado el suceso y también las que han actuado como socorristas. El máximo grado de afectación se producirá si la víctima muere, especialmente en los primeros momentos después del suceso. --- layout: true ## Reacciones psicológicas de la víctima --- La victima hace frente a una o más lesiones corporales y a menudo a ciertas pérdidas materiales, como en un accidente de tráfico. El dolor y la preocupación por su vida y su integridad anatómica y funcional le causan una inquietud intensa, que a menudo le impedirá tener reacciones rápidas y adecuadas a la situación que vive. En función de la magnitud del suceso, del estado mental previo y de su personalidad, algunas personas serán incapaces de decidir si aceptan o re- chazan una actuación apropiada de primeros auxilios, mientras que otras mantendrán una serenidad suficiente e incluso podrán colaborar en los cuidados de primeros auxilios. --- layout: true ## Reacciones psicológicas de los acompañantes --- Las personas cercanas a la victima pueden estar tan asustadas como ella o más, porque han visto lo que ha sucedido, porque la han encontrado enferma o accidentada o porque comparten su dolor y su preocupación. En general, suele presentarse una amalgama de sentimientos y comportamientos, entre los que predominan los siguientes: - **Frustración**, al ver a la víctima que sufre y que necesita ayuda, y al tener la sensación de no poder hacer nada, ya sea porque no saben cómo hacerlo o no lo recuerdan. Esta inquietud las puede privar incluso de seguir las indicaciones del o la socorrista y puede hacer que se conviertan en un obstáculo. - **Culpabilidad.** Pueden sentirse culpables porque han causado el accidente -por ejemplo, la persona que conducía el vehículo- o han contribuido a que este se haya producido. Pero también porque piensan que habrían podido evitarlo o, simplemente, por su incapacidad de ayudar. - **Agresividad.** Algunas personas pueden reaccionar agresivamente, especialmente si tienen rasgos de personalidad con predominio de este comportamiento. Este se ve agravado por la frustración, la culpabilidad o la impotencia por no poder cambiar los hechos. También aflora la agresividad si sienten que no están recibiendo la atención que necesitan -retraso de los equipos de emergencias, negligencia, etc.-, lo cual es un mecanismo de defensa que pretende trasladar la culpabilidad de los hechos a terceras personas. --- De todos modos, a pesar de la tensión del momento, la mayoría de las personas acompañantes, como ocurrirá con las víctimas, mantendrán una capacidad funcional suficiente y se podrá contar con ellas para colaborar en la ayuda. --- layout: true ## Reacciones psicológicas del socorrista --- El o la socorrista, que no es un profesional sanitario, también sufre sorpresa y dificultades para enfrentarse a la situación. No obstante, el accidente o las circunstancias en las que se encuentra la víctima son desagradables para cualquier persona no habituada a estas situaciones. Pero si la persona que socorre a la víctima recuerda bien los conocimientos y las habilidades prácticas aprendidas en primeros auxilios, le será más fácil saber qué hacer y llevarlo a cabo con confianza en sí misma, y podrá ofrecer, así, una ayuda de gran utilidad. Una vez realizada la actuación, el balance puede ser reconfortante si la ayuda prestada ha sido útil. Pero si los resultados no han sido los espera- dos, pueden generar insatisfacción o culpabilidad, por dudar de las propias actuaciones, o angustia por el impacto emocional vivido. Incluso se puede necesitar apoyo externo para acabar de asimilar lo sucedido. --- layout: false class: middle center # La comunicación en primeros auxilios --- # La comunicación en primeros auxilios Cualquier intervención en primeros auxilios requiere una comunicación eficaz entre la persona que presta la ayuda y la que la recibe. Es conveniente que la persona que presta la ayuda disponga de un buen repertorio de habilidades sociales para generar una complicidad suficiente con las victimas, para que la comunicación sea fluida y eficaz. Así, mediante este modelo de comunicación podrá: - Averiguar cómo se encuentra la víctima, por ejemplo, preguntando sobre su estado, sus emociones o sus miedos. - Darle instrucciones hasta que pueda ser evacuada, o pedirle que colabore en los procedimientos. Asimismo, hablará con el resto de las personas presentes para calmarlas y para instruirlas sobre cómo pueden ayudar en la atención. --- layout: true ## El proceso comunicativo --- Para conseguir una comunicación eficiente con las víctimas y otras personas, hay que repasar los elementos básicos del proceso comunicativo: - En este proceso intervienen dos agentes: una persona emisora, que elabora, codifica y emite el mensaje, y una persona receptora, que lo decodifica e interpreta. En primeros auxilios estos roles los asumirán normalmente socorrista y víctima alternativamente, dando lugar a *feedback* o retroacción entre ellos. - El mensaje que transmite. Lo forman tanto las palabras emitidas (comunicación verbal) como la forma de emitirlas: el volumen y el tono de la voz, la vocalización, los gestos, las expresiones, etc. (comunicación no verbal). - El canal o medio por el cual se transmite el mensaje. Los medios visual y acústico son los más utilizados, pero en la prestación de primeros auxilios psicológicos también será importante el canal táctil. - El contexto. Se refiere el ambiente físico y emocional existente durante la interacción. Sin duda, la prestación de primeros auxilios conlleva un contexto especial: situación desagradable, ansiedad intensa, falta de tiempo, escasez de recursos, etc. Debemos saber, por tanto, que el contexto donde actuaremos será, probablemente, desfavorable para desarrollar una comunicación fluida. --- layout: true ## Recursos comunicativos durante la atención urgente --- Comunicarse efectivamente, en un contexto tan complicado como el indicado, requiere poner en práctica todos los recursos comunicativos de los que se disponga para conseguir una comunicación técnicamente eficaz, sobre la que pueda discurrir el apoyo psicológico y que facilite la prestación de la asistencia. Por eso, dentro de sus posibilidades, cada persona debe intentar usar estos recursos lo mejor posible. Algunos de los más eficaces son estos: - Mantener la tranquilidad, a pesar de la tensión de la situación y la ansiedad de las personas que se encuentran en el lugar del suceso. - Situarse cerca de la víctima para facilitar la comunicación verbal y la proximidad emocional, y así mejorar la interacción. - Utilizar el lenguaje verbal con precisión. Usar las palabras adecuadas y precisas para elaborar un mensaje bien construido, sintético y con términos que la víctima pueda entender sin dificultades. - Vocalizar lo mejor posible. Hablar frente a la cara de la víctima para crear contacto visual. Utilizar una voz cálida, un volumen suficiente y una modulación que remarque los puntos principales. --- - Procurar reducir las perturbaciones del entorno y adecuar el ritmo de la exposición a la capacidad de la víctima para entenderla con el mínimo esfuerzo posible. - Utilizar el lenguaje corporal -la postura, los gestos, los movimientos de las manos, las expresiones faciales, etc.- para complementar y reforzar el mensaje verbal. A veces incluso lo sustituirá, cuando no sea posible intercambiar palabras; por ejemplo, con víctimas muy graves, o con personas que tienen dificultades para expresarse o que no conocen el idioma. - Escuchar a la persona y animarla a expresarse (escucha activa), de manera que pueda entenderse no solo lo que dice, sino también lo que quiere decir. Demostrarle que se la entiende y que se está para ayudarla en lo que se pueda. - Usar la empatía o capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. Facilitará la observación de su comportamiento y la interpretación de sus emociones y sus necesidades. Con ello se favorecerá la retroacción y mejorará la atención. El factor más limitante en estas situaciones es el tiempo, que suele ser muy reducido, por lo que será importante concentrarte en una comunicación directa y centrada en el problema. Pero una vez realizadas las atenciones físicas, se dispondrá de más tiempo para dedicarlo a la ayuda psicológica y a ofrecer a la víctima una atención más personalizada. --- layout: true ## La aproximación a la víctima --- En la fase de aproximación se establece el primer contacto con la victima, con el objetivo de sintonizar con ella y transmitirle confianza. Hay algunas pautas para facilitar este acercamiento: - Procura situarte a una distancia cercana, con tu cara a la altura de la víctima, de modo que te vea. - Dirígete a ella con una voz cálida, un volumen suficiente y una buena vocalización. Háblale con amabilidad y respeto. - Dile tu nombre y explícale que estás ahí para ayudarla. Indícale también si habéis alertado a los equipos de emergencia y si están en camino. - Pregúntale con tacto qué ha ocurrido y cómo se siente. Permítele responder a su manera, dándole el tiempo que necesite. - Si está muy abatida y no quiere hablar, no la fuerces a que lo haga. Coméntale tú lo que puede haber ocurrido según tu conocimiento general del hecho. Eso puede acrecentar su confianza en ti hasta el punto de que pueda hablar un poco. Es importante, para transmitir confianza, dar impresión de seguridad y de tranquilidad, y eso será mucho más fácil si realmente sabes lo que estás haciendo. Esta impresión se transmite con el lenguaje no verbal más que con el lenguaje verbal: con los gestos, las expresiones de la cara, el tono y el volumen de la voz, y con la seguridad en las actuaciones. --- layout: true ## La escucha --- Captar las emociones y las preocupaciones de la víctima es el primer paso para poder ayudarla a manejarlas, por lo que es importante poner todo el empeño en escucharla. Ten en cuenta que sus emociones pueden ser diversas y que, además, pueden variar a lo largo del tiempo de atención. En el par de minutos que tardarás en hacer la evaluación urgente, tienes tiempo para hablar con la víctima y captar sus emociones usando la escucha activa, la observación del lenguaje no verbal y la empatía. A todas las preguntas que le plantees, deja que responda a su manera, hablando y a la vez reflexionando en voz alta. Dale tiempo para expresar- se, sin forzarla a hablar ni dirigir sus respuestas. Deja que hable libremente de la experiencia que ha vivido y de sus sentimientos, sin agobiarla ni expresarte tú por ella. Si quiere expresarte algo y no le salen las palabras, puedes ayudarla a verbalizarlas. En definitiva, si la persona se siente escuchada y comprendida y puede compartir con alguien sus sentimientos, su sufrimiento se aliviará. Procura preservar la intimidad de la victima. Algunas personas necesitan mantener la distancia y otras necesitan la proximidad e incluso el contacto físico. En este último caso, puedes tocarle la mano, los brazos o la cara, para transmitirle sensación de seguridad, lo cual facilitará la comunicación. --- layout: true ## La prestación de la ayuda --- Las intervenciones en este sentido se dirigirán a transmitirle confianza y a tranquilizarla, especialmente si está muy alterada, pues esto facilitará la intervención y ayudará a disminuir la tensión del ambiente. Contribuirás a crear un ambiente de confianza si hablas a la víctima mientras practicas la exploración, si le cuentas lo que le harás, si intentas contestar a sus preguntas alejando los miedos, pero sin engañarla y diciéndole que no conoces la respuesta cuando así sea. Es importante que le hagas entender que sus reacciones -miedo, angustia, impotencia, pérdida del dominio de sí misma- son normales en esa situación. De este modo aumentarás su autoestima y podrá poner en marcha sus estrategias de afrontamiento. Pregúntale qué necesita y tratad de proporcionárselo entre todas las personas que estáis allí. Dile que cuente contigo si necesita ayuda y está a tu alcance. --- Si aun así la persona no se tranquiliza y muestra altos niveles de ansiedad y nerviosismo, pídele que aplique técnicas sencillas de autocontrol, como respirar haciendo inspiraciones y espiraciones profundas y lentas durante unos minutos, mover lentamente los grupos musculares que note rígidos o agarrotados, o intentar relajarse borrando los pensamientos más negativos. Es necesario asegurarse de que está lo suficientemente tranquila antes de pedirle el consentimiento para las actuaciones de mayor riesgo. En cualquier caso, sigue al lado de la víctima mientras esperáis la llegada de los servicios profesionales. Puedes aprovechar para informar a los fa- miliares, si la víctima lo desea, y tal vez pedirles que se encarguen de las tareas que había asumido ella para efectuar en esas horas, aunque sea recoger un niño a la salida de la escuela. Si la persona a la que atiendes se está muriendo, continúa con ella, dándole atención y contacto físico, para evitar que muera sola. --- layout: false class: middle center # Cuando no todo sale como hubieras querido --- layout: true # Cuando no todo sale como hubieras querido --- Ofrecer auxilio en una urgencia es una situación de tensión tanto para el o la socorrista como para las demás personas implicadas. Las atenciones que se practican en el centro educativo son muy diferentes de las necesarias cuando de repente se tienen que aplicar a una o más víctimas, con la presión del momento y la ausencia de recursos y apoyo profesional. Las personas que no se dedican profesionalmente a la atención sanitaria es probable que, si tienen que actuar en primeros auxilios, hayan olvidado la secuencia exacta de actuaciones o la habilidad técnica para llevarlas a cabo. En cualquier caso, podrán contar con el apoyo telefónico que les puedan brindar desde los servicios de emergencias, para aplicar los protocolos de la manera más adecuada. Sin embargo, aun aplicando el mejor tratamiento que las circunstancias requieren, no hay garantías de que los resultados sean los deseados ni de que la victima mejore como se desearía. --- Por eso, después de haber ayudado, en la persona suelen aflorar emociones intensas. En el mejor de los casos, a pesar de sentirse satisfecha de su actuación, es normal que se quede preocupada, porque después de transferir a la víctima a los equipos profesionales no sabrá el desenlace ni si sus esfuerzos han valido la pena o no. En el peor de los casos, si la víctima muere o le quedan lesiones muy graves, podrá sentirse insatisfecha de su actuación, o incluso culpable por lo que no ha hecho o ha hecho mal. Para favorecer la ventilación emocional, es conveniente, una vez finaliza- da la ayuda, hacer balance de las propias actuaciones y, si se mantienen ciertos niveles de ansiedad, practicar técnicas de relajación o autocontrol. Comentarlo con un amigo o una amiga también ayudará a atenuar la ansiedad. Pero si unos días más tarde la situación sigue siendo angustiosa, es muy recomendable buscar apoyo psicológico profesional.